Torrijas

Diréis que soy una dejada y que tengo abandonado el blog.... y la verdad es que el blog como tal, sí que es verdad que lo tengo abandonadillo... aunque sigo haciendo recetas y haciendo las respectivas fotos... las tengo todas acumuladas pero sin un ratito para poner alguna por aquí, pero he tenido unos días muy ajetreados, y realmente, el poco tiempo que me quedaba, lo dejaba para dar una vuelta y despejarme un poco...
Como no podía ser de otra forma, hoy os dejo con una receta típica de la Semana Santa. Si os soy sincera, esta receta la hice el año pasado, este año haré los huevecillos que tantísimo me gustan y un escabeche de patatas, que hacía mi abuela (y que yo nunca probé) pero que a mi padre le encantaba... y que hace años que no las come. A ver cómo sale, ése va a ser mi reto.... la receta de mi abuela la tengo... pero al no haberlo probado nunca... no sé cómo tiene que quedar, esperemos que salga bien, al menos con ilusión lo haré.
Os dejo sin más con estas torrijas, que como siempre, están hechas a mi manera, eso sí... triunfaron ante un público bastante crítico... y volaron, literalmente, de la bandeja, lo que supone un triunfo para ser las primeras que hice.
Espero que disfrutéis de la Semana Santa.

Foto y receta por La Flor del Azafran

Ingredientes

• Pan para torrijas
• Leche (¿cantidad? para empapar todo el pan, mínimo medio litro, este pan chupa mucho líquido)
• 1 ramita de canela
• Brandy (o el licor que más os guste)
• Miel
• Canela en polvo
• 3-4 huevos (si necesitas más, luego se añaden)

Preparación 
En primer lugar, ponemos una cazuelita al fuego con la leche, la rama de canela y el chorrito de brandy (cantidad al gusto), hasta que dé un hervor para que tome sabor y se evapore el alcohol. Retiramos del fuego y dejamos que se temple (no es recomendable hacerlo en caliente).
Mientras dejamos enfriar la leche, pasamos a cortar el pan, con un tamaño de unos dos dedos de grosor, si lo véis muy grande/pequeño... a vuestro gusto, como todo en la cocina.
Una vez esté la leche templada/fría, utilizaremos una bandeja grandecita, y verteremos la mitad de la leche en ella, pondremos el pan encima y dejaremos que vaya absorbiendo el líquido. Conforme vayamos viendo que no queda leche, vamos incorporando (a mí me gusta que quede bien empapadito el pan, pues al comerlo es un placer).
Preparamos una sartén grande, con abundante aceite y a fuego fuerte.
A continuación, batimos los huevos, y vamos pasando por él nuestro pan empapado (es un pase rápido, pero que quede bien enhuevado), y vamos añadiéndolo a la sartén (cuando ya el aceite esté bien caliente).
Repetimos el proceso hasta terminar con todo el pan.
Finalmente, hice una especie de almíbar (que no llegó a ello) que incorporé por encima, os explico cómo lo hice a continuación.
En un cacillo, puse unas 3 cucharadas de miel, un poquito de canela molida, un buen chorrito de brandy, y a fuego medio, dejé que se fuera evaporando el alcohol y mezclando todo durante unos minutos. Dejé que se enfriara, y para finalizar, puse las torrijas en una bandeja grande, le incorporé este almíbar, y rematé espolvoreando un poco de canela en polvo.
¿Resultado? volaron de la bandeja.

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